Una de las razones recurrentes para que una pequeña o mediana empresa desaparezca, a pesar de tener un producto o servicio que resuelva, es el hecho de que su fundador, esa persona que mejor conoce el negocio y lo ha operado desde su inicio, siga involucrado en las operaciones cotidianas y no tenga tiempo para los aspectos estratégicos.
Lograr que un dueño de PYME se “duplique” en su personal para reducir su participación en las operaciones diarias y enfocarse en los aspectos estratégicos es un objetivo clave para la expansión y sostenibilidad del negocio. Este proceso implica delegar responsabilidades, desarrollar el liderazgo dentro del equipo y establecer sistemas eficientes. Aquí te presentamos una guía práctica:
- Planeación estratégica: Es un documento (sí, un documento, lo que implica que tienes que redactarlo y tenerlo impreso… a las palabras se las lleva el viento) que puntualiza las acciones organizacionales para poder cumplir los objetivos estratégicos y particulares, así como sortear todos los retos, desafíos y problemas que van surgiendo en el futuro.
- Sistema de calidad: Te permitirá establecer de manera clara y precisa quién hace las cosas y cómo se hacen. Requiere de diagramas de flujo que den cimiento a tu empresa, es decir, organigrama, procesos y procedimientos. Esta base es indispensable si quieres duplicarte en tu personal, es decir, que en determinado momento TÚ dejes de hacer las cosas y las realice tu equipo de trabajo prácticamente en el mismo sentido, orden y calidad que tú lo harías. Todo esto debe quedar plasmado en un instructivo que es tu manual organizacional.
- Herramientas de gestión: contar con un CRM (Gestión de Relación con los Clientes), te evitará muchos dolores de cabeza, ya que no sólo podrás darle seguimiento al proceso que se lleva con tus clientes, sino contar con información valiosa para la toma de decisiones.
- Comunicación clara y continua: Este proceso humano tan recurrente y utilizado es uno de los más olvidados a la hora de pretender optimizar una empresa. Establece reuniones regulares para revisar el progreso, abordar problemas y alinearse con los objetivos estratégicos. Esto asegura que todos estén en la misma sintonía y permite resolver cualquier obstáculo. Promueve una cultura de retroalimentación constructiva; esto no sólo ayuda al personal a mejorar, sino que también proporciona al dueño una visión clara de cómo se están manejando las responsabilidades delegadas.
Al implementar estos puntos, un dueño de PYME puede efectivamente “duplicarse” (sucesión) en su personal, liberando su tiempo para enfocarse en los aspectos estratégicos del negocio y, a su vez, creando una base sólida para el crecimiento y la sostenibilidad a largo plazo.